El precio de la Felicidad



Ayer estuve en un evento del EADA (Barcelona) en el que el profesor Daniel Gilbert teatralizó magníficamente algunas de las razones que nos llevan a ser felices y de cómo influyen éstas en nuestras vidas.


Y habló de una en concreto sobre la que Ferrán Soriano, ex directivo del área financiera del Barça en la primera época de Joan Laporta y hasta hace poco presidente ejecutivo de Spanair, ya abundó en otra conferencia a la que asistí tiempo atrás hablando de talento. Dan Gilbert y Ferran Soriano aludían ambos a lo que supone el 50% del credo en Compensación y Beneficios: la Equidad Interna.


Así pues, mientras Dan mostraba resultados de estudios por los que una persona prefería ganar 90.000 $ en un contexto en el que el resto ganase 80.000 $, en lugar de ganar 100.000 $ en un contexto donde el resto ganara 110.000 $; Ferrán explicaba cómo uno de los exjugadores estrella del Barça, acabado de renovar de manera multimillonaria y feliz, dejaba inmediatamente de serlo al darse cuenta que otro jugador, incluso mejor que él, ganaba apenas unos pocos euros más que él.


La Equidad, sí, esa sensación de proporcionalidad entre las cosas y percepción de justicia que, de faltar en una compañía, es capaz de empañarlo todo, pudriéndolo a modo de cáncer metastásico que carcome el resto de iniciativas y mina la moral de las tropas.


Me extrañó que ninguno de los ponentes en la segunda parte del evento, por cierto muy flojita, no indicara la Compensación & Beneficios como fuente de no infelicidad, y que vagasen por sus currículums y vertiesen opiniones erráticas y fuera de contexto que incluso llevaron a la Directora General del Grupo Seres a una de las declaraciones más desafortunadas que se recuerdan en un acto público y que no cabe reproducirlas aquí, que para eso ya está (y estuvo, vaya si estuvo) el despiadado Twitter.


Equidad Interna y Competitividad Externa como leitmotiv del área de Comp&Ben (como lo llaman los snob) contribuyen a que la persona tenga la convicción de que gana, en función de su trabajo, más que otros cuya contribución es menos relevante y viceversa, tanto dentro de su misma compañía como fuera en compañías del mismo sector o similar.


Esto en términos relativos pero, ¿y en términos absolutos? ¿qué correlación hay entre salario y felicidad?. Ahí Dan, en mi opinión, quedó corto al mencionar que la felicidad aumenta en proporción a la que lo hace el salario hasta la cantidad de 35.000€ brutos años para, a partir de esa cifra, el aumento de salario sólo produce un ligerísimo incremento en las cotas de felicidad.


Y digo que se quedó corto porque hay trabajos recientes, dirigidos por el genial Nobel de Economía Daniel Kahneman, de la Universidad de Princeton (EEUU) en los que la cota que marca la dramática desaceleración es de 75.000 $ (unos 58.000 €), si bien son otros muchos factores que, además del dinero influyen en la felicidad (que a bien seguro trataremos en profundad en artículo aparte.


Felicidad y sus factores: manera en que la mente procesa los estímulos y procesa los mensajes, justicia, equidad, un salario próximo a esos 75.000 $ y tantos y tantos otros para, al final, acabar recordando que todo, todo….todo está en nuestra mente.

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