No puedo parar de recordar este vídeo sobre la anécdota que siempre cuenta Toni Nadal, el entrenador y tío de Rafa Nadal.
Y no puedo parar porque en ella radica una actitud que debería ser obligatoria: la de luchar por cada oportunidad que se nos presenta; la cultura del esfuerzo; de no quejarse nunca; de no hay más culpa que la mía ni más éxitos que los del equipo. De una actitud que inspira.
La Vida es siempre un partido contra alguien que nos duplica la edad, que nos lleva delantera. Pero eso, afortunadamente, jamás determina el resultado del partido salvo que nosotros lo perdamos antes de salir a jugarlo. Si corremos y corremos para devolver cuantas pelotas podamos tendremos una oportunidad. Si no lo hacemos, la Vida nos pasará por encima. De ahí lo de “si luchas puedes perder, si no lo haces estás perdido”.
Quejarse es no correr, venerar lo imposible es no devolver ni una sola bola y para cuando el partido se acaba y te arrollan, acabar diciendo “ves?!”. Y es que la derrota sólo quiere que la adulen. La suerte siempre acaba sonriendo a los más preparados.
Debemos empezar a irradiar felicidad y dejar de radiar la queja. Las emociones funcionan por contagio. Se feliz y hazlo a los demás. Corre a por todas las bolas. Mira a la adversidad y escúpele en la cara sin dejar de sonreír. Y vive. Por encima de todo vive. Sino, tu única condena será sobrevivir. Corre hasta sonrojar a tu adversario. Corre hasta pedir que paren la lluvia.
Y recuerda que lo mejor que puedes tomar en esta vida para ser feliz son decisiones así que….¿sabes ya si vas a pedir que paren la lluvia o bien seguirás quejándote de lo loco que está el tiempo?
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