El Tiempo es uno de los bienes decrecientes más
preciados que tenemos, de ahí que parezca razonable optimizar su inversión. Hasta
aquí bien. Pero este artículo no va de dónde debes invertir tu tiempo, es
decir, que no va de reflexiones existenciales para priorizar qué es lo
importante y qué no en tu vida para recordarte a qué dedicar el poco tiempo de
que dispones. Hoy no va de esto.
Hoy la historia va de que tú ya lo has decidido y
que lo tienes claro. Y va de que, en tu distribución de tiempo vital, igual destinas
una parte de tiempo importante al Trabajo, vamos…un suponer.
Y si eso es así, hoy va de aprender la combinación
de dos reglas básicas que te permitirán obtener el máximo rendimiento de tu
trabajo y, quién sabe, igual hasta te permite trabajar menos horas que hasta
ahora!
Ley de Parkinson.- El tiempo que tardarás en
realizar una tarea es igual al tiempo que le preasignas para hacerla. Es como
el gas en una cámara de vacío: se expandirá hasta ocupar todo su espacio. Dale
a la gente 15 días para hacer una tarea y el día 14, al mediodía, estarás
reclamándola. Dale a la gente 5 horas de entrevista y a las 4 y media todavía
estarás buscando alguna conclusión. Moraleja: date plazos cortos para hacer tus
tareas diarias. Reuniones cortas (30-45 minutos), pues más vale 2 reuniones de
30 minutos muy ejecutivas que 1 reunión de 2 horas. La propia presión del
tiempo es el mejor aliado para la "ejecutividad" de la reunión. Insisto, plazos
cortos para hacer, para debatir, etc.
Ley de Pareto: El 20% de tu trabajo explica el 80%
de los resultados del mismo; mientras que sólo el 20% restante de los
resultados de tu trabajo te exige el 80% de tu carga de trabajo. Regla clave.
Aprende a identificar dónde está ese 80% y el 20% que lo explica. Te conviene.
Verás cómo las consecuencias de no hacer ese 20% no son tan graves como tener
que soportar el 80% de esa carga de trabajo, la que te asfixia, y con la que
sólo consigues hacer ese maldito 20%.
La Ley de la Eficiencia Máxima es la combinación de
las leyes de Parkinson con la de Pareto.
Identifica lo que te lleva a la mayor parte de tus
resultados más relevantes. El demonio está en los detalles, así que elimínalos.
Dedícale lo elemental a lo más administrativo. Elimina las florituras en los
informes. Nadie te premiará por las florituras.
Nada de “voy a dedicarle la mañana a…”. Nada de “dos
horas a…”. Piensa que puedes mantener la atención en una tarea no más de hora y
media, así que no sobrepases este límite para tareas laboriosas y complejas (y hazlo
cuando estés más fresco!) y déjate las llamadas para el final de tu jornada. El
dichoso e-mail: revísalo dos veces al día (hoy lo haces una media de 23). La
gestión de e-mail explica buena parte del 80% poco útil de tu trabajo.
Reuniones cortas y al grano!. Y recuerda que se ha demostrado que la multitarea
disminuye la eficiencia, así que…una cosa después de la otra!.
Tú sólo pruébalo, de verdad. Prueba a tener muy
presentes ambas reglas en tu día a día y, si aun así no te funciona, puedes
devolverme el dinero ;)
0 comentarios:
Publicar un comentario