O Recursos Humanos forma parte del Beneficio, o forma parte del problema (ver artículo). Estoy igual ya te suena. Y lo que parece sonarte también es que Recursos Humanos está condenada a extinguirse si no consigue ser (también) un área rentable: todo lo que no es rentable, o se externaliza, o se elimina. Hoy en día, la mayoría de departamentos de Recursos Humanos no están ni autofinanciados. Algunos ni siquiera entienden lo que acabo de escribir, lo que es aún peor.
La rentabilidad de Recursos Humanos es algo
imprescindible, aunque insuficiente, pues creo que incluso debe ir más allá y
ser otra unidad de negocio más para cualquier compañía.
Y como tan bien está saber adónde quieres ir como
realmente dónde estás, creo que resulta fundamental cuantificar para saberlo. Y
digo cuantificar en Euros el impacto de la función de Recursos Humanos para ver
si realmente aporta más euros de los que cuesta para, ahora sí, demostrar
“valor añadido”. De hecho, siempre oí el cliché del “poner en valor”, pero nunca
tuvimos el valor de trasladarlo a euros. Nuestra incapacidad y/o falta de
creatividad se ha escudado siempre en el tópico de lo Intangible, cuando éste es
siempre mucho más pequeño de lo que en realidad hemos querido dar a entender. O empezamos a tangibilizar lo "intangible"...o lo "intangible" acabaremos siendo nosotros ;).
Cambiemos las cosas y empecemos a hablar en el lenguaje del negocio. Hablemos
de Cuenta de Resultados, también en Recursos Humanos.
"Lo que no son cuentas, son cuentos", reza el dicho. Y en nuestra actividad hay mucho de cuantificable que no
sirve y mucho de lo que sí sirve, cuantificable, que no se mide. Y si bien no puede
medirse con detalle sí puede estimarse y tampoco lo hacemos. También hemos
gastado enormes cantidades de recursos en cuantificar indicadores tan estéticos
como innecesarios. Demasiado tiempo y dinero alimentando monstruosos sistemas
de gestión de indicadores capaces de manejar enormes cantidades de datos y
generar complejos informes…que nadie necesita.
Foco
Antes de saber qué medir hay que preguntarse para qué. Y
la respuesta sólo la tienes tú. Debes preguntarte si realmente lo necesitas
para conocer qué está pasando en el Negocio o en nuestro propio departamento. Y
desde luego que cuantificar no es ni la única ni probablemente la manera más
auténtica de conocer qué tal nos va, pero sin duda que personalmente creo que no podemos permitirnos despreciar información
clave a nuestro alcance. Necesitamos establecer mínimamente qué entendemos por
“hacerlo bien” y prestablecer qué vamos a hacer cuando nos desviemos de
dichos márgenes.
Si como yo decides que vale la pena cuantificar, lo
siguiente será preguntarte cuánto y, sobre todo, el qué. Y para eso, mi
sugerencia sería que midas sólo lo imprescindible para encontrar el mejor
balance entre coste y beneficio. Mide lo esencial que te permita centrar tu
atención en lo más relevante. La historia del cuantificar es la historia de un
exceso, de una “locura métrica” que probablemente no necesites.
Para contestarte sobre qué medir, no te bastarás sólo,
así que quien mejor te contestará sobre el qué medir y lo esencial de la medida
será el negocio. Utiliza el mantra de “realmente; ¿para qué necesito el Negocio
este dato?” o “si no tuviera este dato; ¿qué pasaría?” para ver si vale la pena
invertir tiempo en medirlo. Asegúrate de que lo que vas a medir puede ayudarte,
directa o indirectamente, a vender más o a reducir gastos o a incrementar tu
margen operativo. En caso contrario deséchalo.
Creo firmemente en la idea de Cuadro de Mando de Compañía
(si lo dices en inglés, Balanced
Scorecard – y sus siglas BSC –, siempre queda mucho más pijo). Creo en un
buen Cuadro de Mando. En uno que sea sencillo, de no más de 10 indicadores
(otra vez, si utilizas el palabro Key
Performance Indicator – o sus siglas KPI – tienes el triunfo asegurado en
el olimpo de los pijetes). Un Cuadro de Mando que sea muy visual (normalmente asociado a señales
visuales tipo semáforo para saber si vamos bien – verde –; si hay que prestar
atención – amarillo –; o bien tomar acción inmediata – rojo – ). El reto es
hacerlo simple. Cuanto más simple, más útil.
El Cuadro de Mando de la Compañía (en adelante BSC, que
es más corto) ha de ser un resumen de lo esencial para poder tomar las mejores
decisiones en base a la información correcta en el momento apropiado. Este BSC
no es más que el extracto de los Indicadores Clave (en adelante KPI, que
también es más corto) del BSC de cada unidad o departamento, que a bien seguro
necesitarán conocer otros aspectos clave en su función, así como otros datos
que, sin ser indicadores, pueden ser datos interesantes a controlar (también
llamadas “variables de control”). La diferencia entre un Indicador (KPI) y una
Variable de Control es que el primero proporciona una información clave sobre
cuyo resultado se pueden tomar decisiones y acciones que pueden cambiar su
curso; mientras que una Variable de Control es un dato relevante para el área,
que vale la pena conocer, pero sobre el que o poco o nada se puede hacer para
cambiar su valor o tendencia. Un ejemplo de KPI sería “plazo de selección de
mandos intermedios”, mientras que un ejemplos de Variables de Control sería
“Evolución del IPC” o “número de contratos realizados” (interesante, p. ejemplo,
como dato que se incluye en ciertas negociaciones con un Comité de Empresa al
negociar condiciones salariales, pero que poco podemos hacer más que recoger el
dato y conocer su tendencia).
Así las cosas, una estructura sencilla y útil sería la
compuesta por un BSC por área de no más de 10 indicadores (yo recomiendo entre
3 y 5 por área) de los que 1 o 2 forman parte del BSC de Compañía.
Recuerda siempre que la clave está en cómo defines el
KPI. Un ejemplo:
“Absentismo” es un indicador históricamente utilizado que
no es útil tal y como normalmente se concibe. Y esto es así porque muchas veces
se incluyen ausencias ajenas a la voluntad de nadie, coyunturales, y sobre las
que no podemos actuar (p. ejemplo, una epidemia de gripe o un accidente en moto
que comporta una baja de 6 meses). Al ser esto así y a pesar de que hay
multitud de medidas que podemos hacer para reducir el absentismo, el hecho de
que en su concepción pueda incluirse eventualidades que pueden variar mucho de
año a año hacen que el dato pueda fluctuar sin poder jamás vincular de manera
indubitable eficacia de las medidas con resultado final del porcentaje de
absentismo.
Pongamos por caso que con respecto al año pasado, una
fábrica que tenía un 13,5% de absentismo ha aplicado una serie de medidas que,
de no haber mediado la epidemia de gripe de este año, quizás hubieran reducido
ese 13,5%, cuando al final de año hemos acabado en un 14,25%. ¿Quiere decir
esto que estas acciones no han sido eficaces?. ¿Cómo podíamos haber previsto
una epidemia de gripe?. ¿Vacunando a toda la plantilla de manera profiláctica?
¿Hubiera sido coste efectivo si no acertamos con la cepa de gripe?...demasiados
interrogantes y esfuerzos para acabar en un porcentaje de Absentismo todavía
mayor que el año pasado. Tan es así que, tal y como normalmente se describe el
KPI de “Absentismo”, no es en realidad un indicador y sí una Variable de
Control.
Para que (siguiendo con el ejemplo) “Absentismo” dejara
de ser una Variable de Control y fuera un verdadero KPI (sobre el que
pudiéramos influir) debería dejar de definirse como “toda ausencia en el puesto
de trabajo” para pasar a ser, a modo de ejemplo: “toda ausencia del puesto de trabajo derivada
del ejercicio de permisos recogidos en la normativa legal de adscripción” (Estatuto
de los Trabajadores, Convenio sectorial, de empresa, pactos con el Comité de
Empresa, etc.) pues el ejercicio de la mayoría de estos permisos puede
ejercerse fuera del horario laboral (p. ejemplo: visita médica) y muchos
empleados deciden ejercer el lícito disfrute de su derecho durante el
transcurso de su jornada laboral (es perfectamente legal y razonable pero da
también mucha información sobre el nivel de compromiso del empleado). De este modo quedan fuera otras ausencias
sobre las que no podemos influir y el dato del KPI real comparado sí da una
medida del impacto de las acciones que hemos podido realizar y qué impacto
económico han tenido sobre la Cuenta de Resultados de la Compañía. Para acabar
y a modo de resumen en datos:
Así pues, en un entorno fabril, interesaría conocer el
dato de la siguiente manera:
Nota: la lectura sería que las medidas aplicadas han sido un éxito, pues han repercutido en un importante ahorro de costes, a pesar de que las circunstancias han provocado que haya sido un mal año en términos de absentismo. No obstante, el absentismo coyuntural es precisamente eso, coyuntural, y es difícil tener dos años seguidos con epidemias de gripe o situaciones similares en años consecutivos (además, tampoco podemos hacer prácticamente nada…) así que lo relevante es que una vez superada la coyuntura, los mecanismos aplicados son francamente positivos y que la tendencia a medio – largo plazo es claramente beneficiosa para seguir con las acciones realizadas y otras de naturaleza similar. Si te fijas bien, lo preocupante sería el caso contrario: un Absentismo no coyuntural creciente combinado con uno coyuntural decreciente, lo que indicaría una dinámica negativa y peligrosa para la compañía, expuesta a agravarse en cuanto los valores coyunturales crezcan (además de peligrosa por inactividad de la compañía para poner remedio a la parte del Absentismo sobre la que sí puede actuarse).
Ejemplo de un BSC de Recursos Humanos
En base a tu decisión sobre qué consideras relevante y
coste-efectivo, acabarás diseñando un simple pero efectivo BSC de Recursos
Humanos, del que exportarás uno o dos al BSC general de la compañía.
A continuación voy a explicarte con un ejemplo práctico el
que usaría yo:
(a) Si, pudiendo externalizar un proceso, finalmente se decide
internamente, el ahorro son los honorarios de la empresa que lo hubiere
facturado. Ejemplo: Posición de Responsable de Supply Chain por cubrir. Salario
bruto anual de 50.000 €. Honorarios de la consultoría = 15% sobre el bruto
anual. Resultado del ahorro = 7.500€
(b) Hay que analizar y acordar con el negocio el tiempo medio de selección
por tipo de puesto y contrato para que pueda haber una planificación y cálculo
de mutuo impacto (negocio y RRHH) ante dicha necesidad. Ejemplo: Tras el
análisis pertinente, se constata una media de 30 días hábiles para la
sustitución o nueva incorporación de un vendedor. Cada día un vendedor aporta una facturación
de 1000 €. Pues bien, si la incorporación se ha realizado en 27 días hábiles,
la reducción de la pérdida en caso de sustitución o el incremento de ingresos
en caso de incremento de plantilla es de 3.000 € (el efecto de la inducción del
nuevo empleado hasta su plena funcionalidad es neutro, pues debe hacerse en
cualquier caso). Si la incorporación supera estos 30 días, habrá que computarlo
en negativo o bien descontar de este cómputo los retrasos derivados
íntegramente de nuestro cliente interno (viajes, cambios de perfil, etc. que
afecten al proceso, ajenos a nuestro propio trabajo).
(c) El impacto de la promoción interna y, por ende, de la
calidad del talento que una organización atesora puede medirse, de entre otras,
mediante el cálculo diferencial de los costes por cobertura de la posición
inicial (original) y los de la final. Te pongo un ejemplo práctico para que se
entienda mejor:
Posición origina: Responsable de Customer Service:
imagina que nos cuesta 5.000 € de coste externalizar el proceso (bien
calculando nuestras horas de dedicación; bien calculando los honorarios de una
consultoría).
Ahora imagina que tienes un técnico de Customer Service
susceptible de promocionar y lo haces. La resultante es que, al final, la
posición a cubrir es la de Técnico (y ya no la de Responsable). Los costes de
cobertura de esta posición serían 2.500 € (salario es más bajo y con una oferta
de candidaturas mayor, lo que reduce los honorarios y el tiempo, caso de
hacerlo interna o externamente respectivamente). Pues bien, el ahorro en costes
(promoción del talento) sería de 2.500€ que, si encima lo hacemos internamente
(ver (a)), comportará otros 2.500€ de ahorro adicionales (internalización de
Selección). Es más fiel y ajustado representarlo así que en un total agregado.
(d) Revisa cada año las tarifas que te aplican tus
proveedores y asegura que estén en línea de Mercado. Trata de conseguir mejoras
y/o rebajas de los costes que mejoren cada vez más calidad recibida y coste
pagado.
(e) Contrata lento y despide rápido. Y yo añadiría
despide bien. Y hacerlo bien es hacerlo rápido, bien ejecutado, con las formas
apropiadas (imprescindible!) y al mínimo coste. La negociación de un despido no
es algo habitual y debería serlo en algunos casos donde, por ejemplo,
desvincular a personas nocivas para la organización debería hacerse mediante un
proceso negociador.
(f) Absentismo, tal y como lo hemos enfocado
anteriormente podría ser un indicador válido para añadir ahorros muy
significativos, sobretodo en plantillas amplias, dedicadas a procesos
industriales. También valdría para conceptos clásicos como el de Rotación,
siempre que se enfocara tal y como te he explicado. He trabajado en
multinacionales con gran despliegue fabril y conseguir una reducción de un solo
punto en absentismo anual podía suponer cientos de miles de euros, con lo que
con solo el resultado de este indicador podrías llegar a demostrar la
rentabilidad de tu departamento de Recursos Humanos, así que no lo dejes
escapar!.
(g) Negociación Colectiva: Ahorros y/o valoración de
ventajas derivadas de acuerdos alcanzados con los trabajadores directamente o
por medio de sus representantes sindicales, Comités de Empresa o Sindicatos. Este
aspecto es uno de los que más contribución puede expresar y es, a la vez, uno
de los más fáciles de cuantificar, no lo desaproveches.
(h) El diseño organizacional y mejora en los procesos es
una actividad que desempeñan algunas áreas de RRHH y que contribuye a
desengrasar procesos demasiado complicados y/o burocratizados con el tiempo.
Son procesos faltos de perspectiva que un día olvidaron para quién sirven
realmente. Recuerda que muchos de los beneficios de una compañía viene más por
medidas de eficiencia interna (evitando gastos innecesarios con procesos
precisos y simples) que por incrementos atípicos en ventas. Te pongo un ejemplo
práctico:
Evalúa un proceso en etapas y tiempos. Calcula el coste
que tiene para la compañía (tiempos invertidos x salarios de los inversores; no
hace falta complicarlo mucho más). Tras evaluar y simplificarlo; tras
rediseñarlo e implementarlo; mide de nuevo y calcula los tiempos y costes. El diferencial
entre la situación original y la actual es el ahorro conseguido.
(i) Importe total de la bonificación de las acciones
formativas realizadas durante el año natural
(j) Importe de la Formación realizada internamente, que
finalmente no se externaliza. La cifra es el importe que te hubiera costado
externalizar la formación.
Hasta aquí tendrías un BSC de RRHH formado por 1
indicador descompuesto en 5 subindicadores. Éste es el indicador que realmente comunica
algo concreto a la organización y además lo hace en su lenguaje, así que éste
es uno de los indicadores que RRHH aportaría al BSC general de compañía “Total
Contribución anual de RRHH”.
Recuerda la regla de la simplicidad: lo complicado es
hacerlo simple. El purismo nos puede llevar al absurdo y llegar a cuantificar
con la perfección del 100% nos puede suponer un tiempo (y costes!) que no
justifican el diferencial de invertir lo justo para tener una valoración que
puede ajustarse al 80% (recuerda la ley del 80/20!).
Vamos más allá ok?
Hemos conseguido tangibilizar la función de RRHH, pero
creo que no basta con ello. Hay que buscar siempre la innovación continua y
tratar de anticiparse siempre al futuro dándole al negocio información clave
sobre tendencias que le afecten, antes de que sea demasiado tarde para
reaccionar. En este marco de actuación deberíamos ahora incluir en nuestro BSC
dos variables más, comentadas en los capítulos anteriores:
- Nivel de Felicidad (ver el Felizómetro)
- Nivel de Toxicidad (ver el Toxímetro)
Ambas variables se incorporarían a nuestro BSC para
quedar de la siguiente manera:
Con estas dos inclusiones, nuestro BSC de RRHH definitivo
constaría de 3 indicadores (uno de ellos con 5 subindicadores resultado de 8
medidas) que serían con los que contribuiríamos al BSC general de la Compañía.
Creo sinceramente que si eres capaz de mirar de frente a
la Compañía y decirle:
- La contribución anual (en euros) de la función de RRHH.
- El nivel de felicidad general percibido, expresado como tendencia de seguimiento diario (lo que permite detectar de inmediato cualquier variación y poder conocer con exactitud qué ha pasado que ha influido negativamente) y factor primordial para explicar la consecución de resultados de manera sostenida y una buena marca como empleador.
- Nivel de toxicidad general y su impacto, como factor que resta a cualquier otro; como valor de falta de higiene.
Seguro que la cara del negocio esbozará una sonrisa y nos
dará una segunda oportunidad.
Dime qué me ofreces; dime si realmente soy feliz o si, a
pesar o no de estar feliz, estoy o no enfermo, son preguntas clave para
cualquier organización…y para cualquier persona.
Somos rentables?
Si a todo lo que aportamos descontamos ahora todos
nuestros costes (que esto es lo único que cada organización sí tiene claro),
entonces y sólo entonces habremos puesto en valor nuestra contribución y ahora
sí podremos constatar si somos rentables o no; si somos un coste o una
inversión; si somos caros o baratos; si damos alegrías o disgustos y si
merecemos pervivir o perecer.
Ejemplo:
Sólo faltaría un ajuste último para ser completamente
justos. Añadir el impacto del coste de las actividades transaccionales para
evitar sesgos derivados de restar un parcial entre un total. El coste de la
nómina, contratos, estadísticas, informes, etc.
Debe aparecer cuantificado en
coste x número total de horas dedicado (equivalente a la factura que una
gestoría nos pasaría por hacer estos trabajos en caso de tenerlos
externalizados). Quedaría así:
Los 60.000€ de costes transaccionales del ejemplo son
costes que la empresa tendría con o sin nosotros. Con nosotros, porque son el
coste que supone que nuestro equipo lleve a cabo dichas actividades. Sin
nosotros, porque la compañía estaría obligada a externalizar servicios
imprescindibles como pagar a los empleados, contratarlos, despedirles o
relacionarse con la Administración Pública (Seguros Sociales, encuestas, etc.).
Así pues, son costes que cualquier compañía tiene y que hay que incluirlos no
como ingreso ni como descuento de los costes (pues son costes que tiene
cualquier compañía), sino como cantidad a incluir en el balance ingresos –
gastos. En el ejemplo práctico se leería así:
Si no hubiera tenido un área de RRHH este año hubiera
tenido un coste por servicios externos de 60.000 € + un menos ahorro de 128.700
€, es decir, un coste de 188.700 €. Los costes reales de este año en RRHH han
sido de 164.400 € por lo que “me ha salido a cuenta” tener el área de RRHH, que
además me proporciona información relevante sobre felicidad y toxicidad que, de
no tenerla, hubiera tenido que conseguirla por otros medios que me hubieran
comportado otros costes adicionales (sin el know
– how necesario para ello), haciendo la diferencia todavía mayor y, por
tanto, mejor la opción de continuar manteniendo dicha función en la
organización.
Felicidades, te acabas de ganar un año más de
continuidad.
Se puede ir más allá?
Sí. Pero ojo al coste beneficio que supone. Vuelvo a la
ley de Pareto del 80/20. Obvio que podrías calcular el impacto en branding
sobre las actividades 2.0 de RRHH o de charlas en universidades y un largo etc.
pero supondría un esfuerzo adicional, comportándote un diferencial de valor
menor (además quizás te obligaría a disponer de más recursos y, por tanto, de
un mayor impacto en costes).
Si eres capaz de conseguir de manera sostenida en el
tiempo un cuadro similar y, además, hacer entender a la Dirección la
importancia del mismo me doy más que por satisfecho.
Te lo diré en números Óscar:
ResponderEliminarNivel de satisfacción en relación al artículo: 100%
Nivel de valoración como reto organizacional: 85%
Nivel de motivación para llevarlo a cabo: 75%
...y en letras: genial post!
Hola Oscar, muy útil tu post. Soy un apasionado de las mediciones en RRHH y tu post me ha encantado. Si me lo permites, te dejo con un enlace, http://disolgich.blogspot.com/2016/03/que-debes-hacer-antes-de-desarrollar-un.html, donde explico 8 consejos para desarrollar un buen CMI en RRHH. Saludos.
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