Afróntalo, las decisiones
más importantes de tu vida las has tomado con el corazón y justificado a
posteriori con la mente. Al revés jamás te funcionó. Primero fue el PowerPoint de
colores y después el Excel con los sumatorios.
Esto no es una época de
cambio, es un cambio de época. Y es curiosamente ahora que nos damos cuenta que
nos equivocamos de víscera. Le hablábamos al cerebro sin darnos cuenta que era
el corazón quien nos estaba escuchando y marcaba el siguiente paso
significativo. Un cambio visceral en toda regla. La emoción escoge el menú, la
razón paga la cuenta.
El conocimiento tiene la
fecha de caducidad más corta cada día que pasa y la experiencia puede ser nuestro
peor enemigo en entornos innovadores de rápido cambio, así que mueve tus
acciones hacia la emoción. Es hora de apostar al rojo.
Controla la emoción y
controlarás el mundo. Céntrate en evocar emociones, explicar historias que
atrapen corazones y polaricen voluntades. Hazle saber a tu equipo de qué manera
su trabajo le trascenderá. Demuestra aprecio auténtico. La gente sólo quiere
que les quieras, lo demás es maquillaje barato.
Nos movemos por historias
que nos explican; por aquellas a través de las que nos contamos y encontramos,
en aquellas en las que nos reflejamos. Sólo somos historias que quieren ser
contadas…y escuchadas.
Empatiza hasta que te duela.
Trata a los demás, no como te gustaría que te trataran a ti, sino como a ellos
les gustaría ser tratados. Y, por favor, trátales por encima de sus
posibilidades hasta que revienten sus techos de cristal. La Profecía de Autocumplimiento es la única
que funciona. Instaura la dictadura el por favor, en lugar de la democracia del
porque sí.
Miquel Lladó siempre dice
que hay que dejar a las personas mejor que como te las encuentras. Hazle caso,
créeme. Busca encuentros, evita encontronazos. Esto va de personas, pero de
personas felices que te van a recordar por cómo eres y por cómo les trataste;
jamás por lo que haces. Utiliza el arma de construcción masiva más importante
jamás creada: tu sonrisa. Es gratis, pruébalo. Y sonríele a la toxicidad hasta
avergonzarla. Recuerda: quien te cabrea, te controla.
Es momento de construir tu
historia, de construir la de tu empresa. Es hora de dejar de perseguir cerebros
para empezar a seducir la emoción ajena. Deja las armas y vete a por las almas.
Hora de inspirar, en lugar de hacer que los tuyos expiren con solo verte. Sólo
así conseguirás una compañía afectivamente rentable. Sólo así serás recordado.
Inspirador artículo, muy apropiado al momento que vivimos.
ResponderEliminarGracias Mª Jesús del Yerro
Inspirador artículo, muy apropiado en el momento en que vivimos
ResponderEliminarOstras Óscar me emocionas! Me encantaría volver a esa sala de la 2ª planta a esas clases de inglés tan divertidas que pasábamos con 'el chico nuevo de RRHH' ... :) Me encantan tus artículos y me encantaría que muchos de RRHH aprendieran de tí! Brindo por tí. ADELANTE ÓSCAR!
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