“No sabemos lo que nos pasa, y eso es precisamente lo que nos
pasa” dijo una vez Ortega y Gasset. Un clásico muy presente también hoy, si
bien hay cosas que sí sabemos que pasan. Que me pasan a mí. Y que,
probablemente, también te pasan a ti. A ver si acierto:
Pasa que he viajado hasta el punto que todo el mundo me
suena y, a la vez, nada me es familiar. Pasa que la vida, que pasa, es una estable
inestabilidad.
Pasa que todo es posible gracias a la estupidez humana. Y
pasa que el reto será pensar por uno mismo en la era de las Redes Sociales,
Wikipedia y fake news, la mayoría de ellas, fuck news. Pasa que “siempre” y
“nunca” son palabras de juventud. Y que el nivel de estudios es directamente
proporcional a tu número de “depende”.
Pasa que a la tierra hay que tenerle cariño, pero no apego.
Nacer en un sitio no te confiere su propiedad. La tierra, de quien la trabaja.
Y no, no es más tuya la tierra que mía, sea ésta cual sea. Y que, como una
buena amiga me dijo una vez: “no te engañes, que aquí estamos de alquiler”. Y
pasa que he aprendido a disfrutar del alquiler.
Pasa que buscar la felicidad es la mejor manera de no
encontrarla. La encontré cuando dejé de buscarla. Pasa que ya no me extraño,
porque he dejado de echarme de menos. Pasa que ya no necesito tener, por tener ya
a quien necesito.
Tiempo atrás, cuando me preguntaba ¿qué cambiaría de mi
pasado? No acertaba a encontrar nada. Creía que uno toma la mejor decisión en
cada momento y en función de la información de qué dispone. Que si volviera,
repetiría. Al final, nadie es tan gilipollas como para errar en una decisión a
sabiendas!. Y lo que pasa es que hoy sí cambiaría cosas. Y que lo que pasa, pasa por admitírmelo.
Pasa que sabes que te has hecho mayor cuando valoras más una
buena pregunta que una buena respuesta. Cuando confías más en los que dudan que
en los que sentencian. Cuando entiendes que esto no va de ti.
Pasa que he aprendido a estar conmigo y no contra mí. A ser
como soy. A buscar mi mejor original para desterrar la perfección de una
réplica. Que he aprendido que no es lo mismo un café con amigos que amigos de
café. Que siempre formas parte del problema, o de la solución...o del paisaje.
Que no te puedes escapar.
Que es cierto lo que dicen: “si no eres el único o el mejor,
lo único a que puedes aspirar es a ser el más barato”. Que si no sabes dónde
estás, dejarás de estar. Y que intentar gustar a todo el mundo es una
estrategia cojonuda para acabar no agradando a nadie.
Pasa que no es lo mismo Paciencia que Aguante. Sinceridad
que Sincericidio. Moverse que Avanzar. Pasa que hay un mundo entre querer algo
y comprometerse con ello. Y pasa que para encontrarte, a veces, necesitas
primero perderte. Sentirte perdido es fundamental para poder encontrarte y que
no hay viento bueno para el que no sabe adónde va.
Y pasa que te das cuenta de la importancia de cambiar el
reloj por la brújula. Porque los años que tienes no son los que has pasado,
sino los que te quedan por vivir.
¿Es sólo a mí, o también te pasa a ti?
0 comentarios:
Publicar un comentario