Vacaciones o el momento de ver y escuchar mejor todo cuanto nos rodea. Y cada vez que oigo en un local al típico Paco de turno que musita el mantra de "no puedo pagarle más a mi personal y cada semana tengo bajas. El negocio no me va muy bien" me acuerdo de aquello tan famoso de "no sabemos lo que nos pasa, y eso es lo que nos pasa".
Entre otros muchos en los que no voy a detenerme hoy, nuestro Paco no tiene un correcto dimensionamiento de plantilla, aunque está convencido de que sí. Y cuando digo dimensionamiento, no hablo sólo de número de empleados sino, sobre todo, de la calidad de los mismos.
Cuando se habla de re/dimensionar, re/estructurar y otros verbos del montón, se alude principalmente al elemento cuantitativo, cometiendo el error de bulto de pensar que todos los empleados tienen el mismo "valor" (las personas obviamente sí, pero los empleados, vistos desde la acepción clásica de "fuerza del trabajo", no). El factor determinante en un buen dimensionamiento es la calidad de las personas que tenemos en el equipo.
Normalmente, aunque no lo digan o tan siquiera lo crean, todas las empresas están sobre dimensionadas por exceso en número o por falta de calidad del personal. Y los costes siempre están ahí y, como mínimo, aumentan de manera vegetativa cada año, en una especie de metástasis que acaba matando a gastos a muchas organizaciones. Si crees que ya no puedes reducir más el número de personas en tu organización, quizás estés en lo cierto (muchas veces no), pero siempre podrás tener un mejor "dimensionamiento" con el mismo número de efectivos.
Recuerdo un caso de una empresa en la que trabajé, donde había dos personas en un departamento de Servicio al Cliente, ambas con un correcto desempeño (al nivel de "sus" posibilidades, pero no de "las" posibilidades) que generaban la sensación que siempre faltaban recursos adicionales en ese departamento. Pues bien, por circunstancias, esas personas dejaron de estar y en su lugar fichamos una persona mucho más junior que ambas. El resultado al cabo de pocos meses: el desempeño era mucho mejor que el de ambos predecesores juntos. Si hasta parecía que teníamos a tres personas!. ¿A que te suena familiar esta historia?. Y es que incluso cuando parece que el mundo se va a acabar porque se te va un crack, el mundo te enseña que viene otro y supera lo del anterior. ¿habíamos estado perdiendo el tiempo con el anterior, en lugar de sufrir por el miedo a una pérdida que algún día podía producirse?.
Las empresas no tienen un problema de falta de personal. Tiene un problema de falta de calidad del personal.
Y claro que si tienes más personas de las que necesitarías si las tuvieras "de calidad", a mismos presupuestos, estás obligado a pagarles menos, con las consecuencias antes apuntadas.
Minimalismo no es tener poco, sino lo imprescindible, pero de máxima calidad. Y lo imprescindible siempre es menos de lo que creemos, así que, moraleja: busca a los mejores y págales como a tales. Ten paciencia, Paco. Aguanta. Hazles felices. Salte de la foto y deja que ellos te enseñen que el negocio, en realidad, te puede ir mucho mejor de cómo te va.
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