Estamos en una situación singular, de Cisne Negro total, donde algunos ven desgracias y otros, oportunidades. Donde unos se comportan y otros se descomportan mientras nos mostramos como somos, desnuditos por la presión, la incertidumbre, el miedo, la infoxicación y la infodemia (gracias @Nekane Rodriguez por el término).
En este contexto, lo que me doy cuenta que valoro más, con diferencia, son las siguientes habilidades que todos tenemos en grado diverso...y que en mi opinión serían las siguientes seis:
#1 Síntesis: Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Menos es más, también cuando hablamos o escribimos, pues la atención ajena se distribuye entre la información que emitimos: demos sólo la información mínima imprescindible que el otro necesita y captaremos al máximo su atención. Si le metes un rollo que tú consideras importante, estás invitando a la desconexión por salud mental. No suelo leerme correos de más de 4 o 5 líneas y procuro escribir e-mails de máximo 2-3 líneas (aunque la gran mayoría son más breves) y siempre digo que la importancia de un e-mail es inversamente proporcional a su extensión. Recuerda: estás transmitiendo una información útil para el otro, no presentándote al Premio Planeta. Escribe bien (sin faltas, que esta es otra) lo que sea esencial.
#2 Serenidad: llámale empaque, llámale aplomo, calma, livianda o control emocional. Las cosas no son como son, son como somos. Sé consciente y no contagies algo peor que muchos virus: tu descontrol. Puedes ser fuente de buen rollo a cascoporro (ver #4) sin perder nunca el control de ti. No lo confundas: estar sereno no equivale a ser un seta.
#3 Empatía: entiende desde qué mirada del mundo el otro te está hablando y respétala, porque no es peor que la tuya (si no lo ves así, tienes un problema mayor). Procura que el otro se sienta escuchado para que la conexión aparezca y pueda construirse (junto con otros factores) la confianza necesaria.
#4 Energía positiva: hay gente que da energía (givers) positiva o negativa y otros que te la quitan (takers). Obsesiónate en generar energía positiva en plan salvaje. ¿Que el optimismo resta objetividad?. A la mierda la objetividad en determinados momentos donde la pasión, el buen rollo, la risa ha de ser la emoción útil que nos mueva hacia adelante. Las emociones fluyen por contagio y, al final, todo va de emociones: la felicidad, el amor, la economía, el fútbol, etc.
#5 Contextualización: No pierdas jamás el marco general en el que cada acontecimiento sucede. No pierdas jamás la perspectiva, ni la visión a largo plazo. Relativiza. Pon números y porcentajes, abandonando por momentos el valor absoluto. Aporta nuevos enfoques que enriquezcan la perspectiva. Levanta la mirada para evitar que nos duela la nuca de mirarnos los pies mientras caminamos. ¿Qué impacto tiene X o Y en el ecosistema mundial?...y tómatelo con #2 Serenidad.
#6 Foco: Que nada te aparte de tus objetivos. Pocos y muy relevantes. Con un porqué y un para qué claros. Inamovibles en lo esencial, flexibles en lo accesorio. Ten claras tus prioridades. Di No (o ahora No). Apártate de la multitarea como de la peste. Una cosa, bien hecha y con el tiempo que requiera antes de pasar a la siguiente. Somos drogadictos del todo a la vez.
Seguramente habrán más, claro que sí, pero desde luego que para mí estos son, hoy más que nunca, competencias al alza en esta situación tan compleja que vamos a superar (otra más) todos juntos.
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