Hijos de fruta

 


Hace poco visité una empresa que me hizo pensar: "no hay fruta en la cantina que compense convivir con tanto gilipollas". Lo digo por si te lo quieres ahorrar, querido colega de RRHH. Y no me entiendas mal: la fruta siempre luce, o sea que mejor con que sin, ahora, tampoco te flipes pensando que vas a ser muy guay si la frutería la acabas poniendo en la plaza central de Mordor. 

Pienso que para concursar en estas listas de mejores empleadores (la empresa de la que te hablo lo es) debería tenerse más en cuenta la lista de personas con las que uno trabaja en lugar de la lista de cosas que las empresas dan o de los folclores que rentabilizan en LinkedIn. Cambiaría el tener por el ser. Porque lo importante no es el qué, sino el con quién. Definitivamente, mucho más higiénico. ¿Te imaginas que la lista de beneficios fuera emocional y se presentara como una lista de nombres?

- Nosotros tenemos futbolín y yacuzzi y hacemos pilates y salidas de boy scouts (imagínatelo con voz de pijo) [Aunque después tengamos que tomarnos un Fortasec el domingo por la tarde].

- Pues yo tengo la suerte de trabajar con Álvaro, Anna, Lluïsa, Miguel, José Manuel, con Paula, con Tati, con Mercè, con Inma, etc. y, la verdad, no te lo cambio por tus chupicosas.

Y es que de poco sirven los beneficios sociales para compensar los perjuicios emocionales. Como cuando papá o mamá ausentes "compran" a sus hijos con regalos para compensar (?). Porque en cualquier organización siempre es  mucho más barato (que no rentable) comprar máscaras antigás para todos que cerrar el grifo de las fugas tóxicas. Porque el tonto tropieza sin querer, pero el tóxico te hace la zancadilla.

Está bien lo de las mejores empresas en las que trabajar, pero yo propondría crear la lista de  las peores personas con las que trabajar, así, rollo lista Robinson. A medio camino entre la responsabilidad social, la ética y la salud pública. ¿Os imagináis la lista? (ojo, imaginémonos una lista con todas las cautelas y verificaciones, si eso fuera posible. Que fuera realmente una lista indubitable). El precio de esta lista sería realmente incalculable, pues el impacto negativo de una manzana podrida es mucho peor que el impacto positivo de cien manzanas excelentes o, lo que es lo mismo: mucho talento necesitas para neutralizar a una persona tóxica.

En definitiva, que todos podemos ser considerados tóxicos (o tener conductas tóxicas) para una persona tóxica, pero de los cumplidos te hablaré otro día.

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