Creador foto: fizkes
PARTE 1
Una empresa debe tener en
cuenta el tiempo medio de cobertura de una vacante para poder planificarse.
Hasta aquí.
Pues bien, la madre de todos
los riesgos es que, ante determinados apretones que normalmente vienen del
cielo, uno pueda acabar trabajando para mejorar el indicador...con
independencia de lo más importante: la calidad del candidato/a. Esto es: tengo
a una candidata genial que no se puede incorporar hasta dentro de dos meses,
pero tengo a otro candidato también bueno (quizás no tanto como ella, pero
tampoco está mal...) que se puede incorporar mañana...y voy justísimo de
KPI...¿qué hago?...
"Nueve mujeres no
pueden tener un bebé en un mes” (Fred Brooks)
Porque
hay pocas cosas importantes que salgan mejor haciéndolas con prisa. Y desde
luego un proceso de selección no está dentro de ellas.
Moraleja: Si
la empresa tiene un indicador de tiempo de reclutamiento y trabajas en recursos
humanos, trata de escapar.
PARTE 2
Una empresa sí debería tener un indicador “Tiempo de Despido” y, de hecho, me preocuparía que no hubiera una preocupación al
respecto en una organización. “Tiempo de Despido” como el indicador de tiempo
que va entre la decisión tomada y la ejecución, pues cada día que pasa entre uno
y otro es un monstruo que consume recursos (tiempo, dinero, preocupaciones…). Y si a eso le sumas el coste de oportunidad de no hacer lo que toca cuando toca,
pues el lío es todavía mayor.
“Tómate todo el tiempo del mundo para
decidir, pero una vez decidido, cuanto antes mejor”.
Lo decía siempre mi idolatrado profe Miquel Lladó: “contrata
lento y despide rápido” a lo que sumo “la calidad de una organización se
ve más por cómo despide que por cómo contrata”.
Huevo de Pascua: si cuando has leído el texto en dos colores te ha venido a la cabeza un libro, entonces empiezas a tener ya una edad...ja,ja,ja.
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